San Pablo, predicador incansable

Prosigue la serie de vídeos mensuales sobre el Apóstol Pablo. En el mes de diciembre, se aborda la actividad apostólica de Saulo. ¡Ay de mí si no evangelizara!, llegó a exclamar (02’12’’).

"Pues no es para mí un alarde predicar el Evangelio; es para mí un deber: ¡ay de mí si no predico el Evangelio!" (1 Cor 9,16).

Hay una frase de San Pablo que siempre nos ha siempre nos ha dejado perplejos: "¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!". Esta frase refleja la invitación de Jesús a sus discípulos el día de la Ascensión: "Seréis mis testigos en Jerusalén en toda Judea y Samaria y hasta los confines de la tierra". 

Los primeros discípulos fueron mensajeros de Cristo en Jerusalén en Judea y Samaria. Pero fue san Pablo quien llevó a Jesús y su mensaje hasta los confines de la tierra. 

San Pablo era una persona persona excepcionalmente dotada, adecuada para difundir este mensaje. Era, de hecho, un judío de la diáspora. Nació en Tarso, en la actual Turquía, y gracias a ello pudo recibir la cultura griega. Conocía perfectamente la lengua griega, y esto le favoreció para llevar el mensaje de Cristo por toda la cuenca mediterránea, en Turquía y Grecia, hasta llegar a la mismísima capital del imperio -Roma-. y también evangelizó España. 

Por lo tanto, podemos decir que San Pablo correspondió plenamente a las palabras relatadas en los Hechos de los Apóstoles poco después de su conversión. Son palabras que el mismo Cristo dijo de San Pablo: "Él es para mí un instrumento elegido para llevar mi nombre ante los pueblos". 

Este era san Pablo: un instrumento idóneo, ideal, elegido por Cristo para llevar su nombre a todos los pueblos. 


Vídeo publicado en 2008 con motivo del Año Paulino. El Año Paulino fue un jubileo convocado por el papa Benedicto XVI en conmemoración del bimilenario del nacimiento del apóstol Pablo de Tarso. Se celebró entre el 28 de junio de 2008 y el 29 de junio de 2009. Tuvo un marcado carácter ecuménico, según los deseos del pontífice.