Una promesa cumplida

A 30 años de distancia, Adrián Galván recuerda vivamente los días en que acompañó a san Josemaría en su romería a la Virgen de Guadalupe, dedicada a pedir por la solución jurídica del Opus Dei.

Mosaico de la Virgen de Guadalupe

El ingeniero Adrián Galván recuerda claramente el año 1970 cuando – con don Álvaro del Portillo, don Javier Echevarría, don Pedro Casciaro y don Alberto Pacheco– acompañó a san Josemaría en su romería a la Basílica de Guadalupe.

En esa romería en México, san Josemaría rezó intensamente por la Iglesia y por la solución jurídica del Opus Dei y le prometió a la Virgen que, si se resolvía esa cuestión, le haría un mosaico en el Santuario de Torreciudad aunque, rectificando de inmediato, le dijo a la Guadalupana que de todas maneras le haría ese mosaico y que una vez terminado, irían –él y los que le acompañaban en la romería– a darle gracias.

San Josemaría falleció en 1975 y por lo tanto fue don Álvaro del Portillo, su sucesor en el gobierno del Opus Dei, quien el 28 de junio de 1977 cumplió esa promesa.

Adrián Galván recuerda paso a paso una promesa cumplida: “Tuve la suerte de acompañar a san Josemaría en su romería a la Basílica de Guadalupe en 1970. Fueron días en que le abría su corazón a la Virgen y le pedía por la Iglesia y por la Obra. El 20 de mayo le dijo a la Guadalupana: Este es el propósito: un mosaico en Torreciudad, ¡un buen mosaico!, para que dure perenne a través de los siglos… Si me escuchas, yo le daré el primer beso a ese mosaico… Estaremos presentes, en acción de gracias, los cinco que ahora rezamos aquí… Pero ahora me doy cuenta. Ha sido un primer impulso del fuego de mi amor. Madre: no pongo condición ninguna… la imagen estará allí.

Don Álvaro del Portillo besa el mosaico (28 VII 1977).

”En ese momento estábamos seis en la Villa, y como yo era el más joven, pensé que no iría. Pero para 1977 san Josemaría ya había “resuelto” mi preocupación: él estaría presente desde el cielo y yo físicamente en Torreciudad.

”Recuerdo que llegamos unos días antes a Torreciudad y sólo esperábamos la llegada de don Álvaro del Portillo. El 28 de junio de 1977 nos avisaron que era el momento de cumplir la promesa. El Padre –así le llamamos cariñosamente los fieles del Opus Dei al Prelado, en este caso don Álvaro– nos saludó con mucho cariño e inmediatamente pasamos a la capilla de Guadalupe, en el Santuario. Ahí, don Javier Echevarría leyó las palabras pronunciadas por san Josemaría el 20 de mayo de 1970, donde le hacía la promesa que ese día cumplíamos. También don Álvaro saludó a la Virgen con gran cariño. En seguida, uno a uno pasamos a besar el mosaico. De los cinco, yo fui el último en hacerlo.

Capilla de la Virgen de Guadalupe en el Santuario de Torreciudad.

”Ese día el Padre nos invitó a cenar. La conversación giró en torno a san Josemaría, nuestro país y el impulso apostólico que representaron las jornadas que pasó en México. Recuerdo los detalles de cariño que don Álvaro tuvo con nosotros, que iban desde lo espiritual hasta lo más humano. Por ejemplo, se aseguró que pudiéramos acompañar la comida con salsa o con chile. Pude palpar el cariño de don Álvaro y también de don Javier. Este fue el punto culminante de aquel día entrañable”.

Y desde ese mosaico, la Virgen de Guadalupe recibe a los peregrinos que acuden a este templo mariano promovido por san Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, que se abrió al culto en 1975.

Más información en www.torreciudad.org.

A los pies de la Virgen de Guadalupe

En diversas etapas de la historia del Opus Dei, san Josemaría y sus sucesores, Mons. Álvaro del Portillo y Mons. Javier Echevarría, acudieron a la Virgen de Guadalupe para pedir y más tarde agradecer, la configuración jurídica definitiva del Opus Dei. Este video nos recuerda esos memorables momentos.

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