​Emiliano Hong: "Corea espera al Papa con los brazos abiertos"

El periódico argentino "La Nación" ha publicado una entrevista a Emiliano Hong, sacerdote del Opus Dei en Corea. En ella, habla de la visita del Papa a Corea y de la fe católica en el país asiático.

Como miles de otros connacionales, el padre coreano Emiliano Hong, de 41 años, a los 12 emigró junto con sus padres a la Argentina. Vivió en Buenos Aires 25 años, pero nunca obtuvo la nacionalidad argentina porque la ley coreana no permite la doble ciudadanía. Licenciado en Economía de la UBA y doctor en Teología de la Universidad de Navarra, en 2009 volvió a Corea del Sur, donde trabaja como capellán en un centro del Opus Dei. Antes de la llegada del Papa en su gira por el país asiático, Hong no ocultó su emoción ante la histórica visita de Francisco, a quien tuvo el privilegio de conocer cuando era arzobispo de Buenos Aires.

-¿Qué espera de esta visita?

-Esperamos sobre todo que [Francisco] se dirija a los jóvenes para darles una visión cristiana del futuro. Vivimos en una sociedad en la que los valores materiales son muy fuertes y es importante que aprendan a tener ideales nobles. Y el Papa es un gran ejemplo y un modelo para los chicos. También esperamos que dé a conocer la fe católica como algo natural, algo que se encarna en cada lugar. En Corea, al igual que en otros países vecinos, el catolicismo es minoría y muchas veces se considera una religión extranjera. La beatificación de 124 mártires coreanos ayudará a entender que fueron los mismos coreanos los que desarrollaron la Iglesia en nuestro país.

-¿Qué diferencias percibe con respecto a las visitas que hizo Juan Pablo II en 1984 y en 1989?

-En sus visitas el país estaba en plena fase de democratización y en fase de crecimiento económico. Ahora la democracia está consolidada y el país goza de más bienestar. Ahora es el momento de hacer descubrir a la gente los valores espirituales, para contrarrestar el materialismo dominante en la sociedad.

-¿Qué desafíos enfrenta Francisco en Corea del Sur?

-El pueblo coreano lo espera con los brazos abiertos y dispuesto a escucharlo. Si bien las diferencias idiomáticas y culturales son barreras por superar, no creo que sea un problema para que la gente entienda lo que el Papa quiere transmitir.

-¿Cuáles son los problemas principales de la Iglesia Católica de Corea del Sur?

-Un problema es la formación catequística de los católicos recién conversos. La Iglesia creció muchísimo en las últimas décadas, pero todavía no hay una educación católica adecuada y la formación cristiana que se ofrece desde las instituciones existentes no es suficiente para crear una cultura acorde con la fe. Otro problema es la discusión de la participación en la política de un sector del clero. Hay un grupo de sacerdotes que opina que debería participar más activamente en la política, lo que suscitó varias reacciones contrarias en el país. También es una tarea importante que las órdenes religiosas y las diversas realidades eclesiales puedan encontrar un lugar en la pastoral local.

-¿Estuvo alguna vez en Corea del Norte? ¿Es verdad que los sacerdotes católicos tienen prohibido ir allá y tampoco pueden celebrar misa, según una orden del arzobispo de Seúl?

-No es posible visitar Corea del Norte. Canónicamente, ese país depende del arzobispo de Seúl. Hace unos años, el anterior arzobispo visitó la capital norcoreana, pero fue algo puntual y no hubo una experiencia positiva.

Elisabetta Piqué

La Nación