Isidoro Zorzano: soñar cosas grandes

Isidoro Zorzano nació en Buenos Aires (Argentina) el 13 de septiembre de 1902. Ingeniero de profesión, dirigió los talleres de los Ferrocarriles Andaluces y fue profesor de la Escuela Industrial.

El 13 de septiembre de 1902 nacía Isidoro Zorzano en el departamento familiar ubicado en Av. Corrientes y Riobamba, a dos kilómetros de la Plaza de Mayo y a 9 cuadras de la Plaza Once, en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires, Argentina.

Sus padres, Antonio y Teresa, eran españoles y trabajaban como comerciantes del ramo de la mercería. El negocio estaba ubicado en el local de planta baja del mismo edificio donde vivían: sobre la Avenida Corrientes nro. 1902.

Isidoro recibió el Bautismo a los dos años y medio. Siempre recordará ese día en el que entró caminando a la Iglesia de la Balvanera para recibir el Bautismo.

El 1 de mayo de 1905 la familia Zorzano regresa a Logroño desde los muelles de Puerto Madero en el Vapor León XIII.

Cursó el bachillerato en Logroño (España), y estudió después en la Escuela de Ingenieros Industriales de Madrid, donde obtuvo el título el año 1927.

Su vida profesional transcurrió primero en Málaga en la Dirección de los talleres de los Ferrocarriles Andaluces y como profesor de la Escuela Industrial de aquella ciudad.

En un viaje a Madrid en 1930, manifestó a San Josemaría, antiguo compañero de estudios en el bachillerato, su deseo de entregarse a Dios en medio del mundo, y pidió la admisión en el Opus Dei, que estaba comenzando.

Isidoro siguió con su ocupación en Málaga y luego se trasladó a Madrid, donde continuó trabajando en empresas ferroviarias. En todas sus actividades dio testimonio constante de su fe cristiana.

Vivió ejemplarmente la diligencia en el trabajo, la lealtad y el espíritu de servicio con sus colaboradores, el amor a la justicia en la promoción de iniciativas en favor de los más necesitados, la fe y la caridad a través de labores de catequesis y de formación para los sectores más abandonados de la sociedad.

Con su fidelidad, Isidoro fue siempre un apoyo seguro para el Fundador del Opus Dei. Durante los años de la guerra española (1936-1939), en Madrid, dio pruebas de heroísmo en el amor a la Iglesia y en el celo por las almas.

Siguiendo con perseverancia las enseñanzas de san Josemaría, supo realizar el trabajo en íntima unión con Jesucristo.

Vivía una presencia de Dios constante a lo largo de la jornada; su vida espiritual estaba marcada por un sentido hondo y tierno de filiación divina, un amor grande a la Santísima Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra, y el deseo sincero de buscar la identificación con Cristo.

Murió con fama de santidad el día 15 de julio de 1943, después de una enfermedad larga y dolorosa, sufrida con fortaleza y alegría.

Desde el 6 de octubre de 2009, los restos de Isidoro Zorzano se encuentran en la iglesia parroquial de San Alberto Magno, Calle Benjamín Palencia, 9, 28038 Madrid (España).

*****